- Elogiarlo cuando hace bien las
cosas.
- Fomentarle las actividades que
suele realizar con éxito.
- Cuando esté frustrado,
recordarle experiencias de éxito anteriores.
- Compartir un tiempo especial y
exclusivo con el hijo.
- Evitar frases en las que se
utiliza el “siempre” o “nunca” así como las rotulaciones o etiquetas
peyorativas (por ejemplo, “eres un malcriado”).
- No compararlo con otros.
- Asistir a sus eventos escolares
y recreativos.
- No criticar a la persona, sino
al hecho indeseable. Ejemplo: Si: “Robar está mal”. No: “¡Eres un ladrón!”
- Si es necesario hacerle alguna crítica a una conducta en particular, empezar y terminar siempre con algo positivo. Utilizar la técnica
del sandwich: + - + (Elogio/crítica/elogio).
- Premiarlo cuando hace algo
bien, por ejemplo con elogios. Los elogios deben ser: 1) Lo más
inmediatamente posible a la acción que se felicita. 2) Descriptivos:“ Me
gusta porque lo has hecho así…y así…” (que sea real). 3) Proporcionados,
no exagerados. 4) Adoptar un lenguaje y una intensidad apropiados para la
edad del niño.
- Valorar el esfuerzo y no solo
el resultado.
- Ayudarlos a tener objetivos
realistas.
- No ridiculizar ningún
sentimiento del hijo.
- Intentar empatizar, ponerse en
su lugar y no minimizar sus problemas.
- Facilitar el éxito social: por
ejemplo, incitándolo a invitar amigos a jugar a casa.
- Ayudarlo a aceptar derrotas con
naturalidad.
- Dejarlo elegir las actividades
extra escolares: tanto el hecho de realizarlas o no como cuales realizar.
- Darle responsabilidades para
que se sienta útil, facilitándole experiencias de éxito. Fomentar la
autoeficacia: “lo sabe hacer solo”. Ejemplo: “Tu eres el encargado
de…(alimentar al perro). ”
- Escucha activa: Si el niño
quiere contar algo, prestarle toda la atención necesaria. Buscar el
momento para escucharlo y brindarle una respuesta.
miércoles, 4 de febrero de 2015
Algunas ideas para mejorar la autoestima de los hijos
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