martes, 3 de febrero de 2015

Cómo ayudar a un niño o adolescente deprimido



Es necesario saber cómo actuar frente a un niño deprimido ya que para los niños, el entorno es muy influyente.

Cuando un hijo hace un tratamiento psicológico, es necesario considerarse a uno mismo como parte del equipo de apoyo y tratamiento. No se debe pensar jamás que el niño deprimido no desea mejorar, aunque a veces uno tenga esa impresión. Hay que tratar de ver los síntomas como lo que son: parte de una enfermedad.

Algunas estrategias que pueden ser útiles para acompañar a un familiar o amigo deprimido son:

• Ayudarle a reconocer las fuentes de estrés y a encontrar la forma más adecuada para hacerles frente.
• Colaborar en la solución de algunos problemas que lo preocupan.
• Animarlo a ser más activo, pero sin forzarlo excesivamente y sin hacerle críticas o reproches, ya que eso puede hacer que las cosas empeoren.
• Ayudarle a llevar una vida sana, a realizar algo de ejercicio físico y a divertirse.
• Dedicarle tiempo, estar con él o ella.
• Elogiar cada uno de sus avances, especialmente al principio y por muy pequeños que sean.
• Animarle a mantener el tratamiento prescrito y a evitar el alcohol y otras sustancias tóxicas.
• De entrada, tomar en serio cualquier pensamiento de suicidio. No temer hablar con él sobre este tema abiertamente. Si el familiar o amigo deprimido se siente inseguro respecto a hacerse daño, permanecer con él o ella y contactar con personal sanitario o utilizar el teléfono del servicio de emergencias. No dejarlo solo en ningún momento en estos casos.
• Si uno está al cuidado de alguien con depresión grave es fundamental encontrar tiempo para uno mismo sin sentirte mal o culpable. Convivir con un familiar con depresión puede desgastar, por lo que es importante cuidarse lo más posible y mantenerse bien psicológicamente.

Hay varios tratamientos que pueden ayudar y que han probado su eficacia en la depresión.
Entre ellos, están:
• Técnicas de autoayuda.
• Terapias psicológicas.
• Terapia farmacológica.
El tratamiento más adecuado depende de cada caso concreto y de las preferencias personales. Lo principal es utilizar un tratamiento que funcione, dándole el tiempo necesario para que eso ocurra.
Es importante estar en contacto con el médico, especialmente si el tratamiento utilizado parece que no ayuda a mejorar. No siempre el primer tratamiento propuesto produce los resultados esperados.
Veremos en qué consiste cada uno de estos tratamientos:
1) TÉCNICAS DE AUTOAYUDA
Planifica el día
Cuando uno se siente triste o deprimido, puede ser muy difícil ponerse en marcha para hacer cualquier cosa. Sin embargo, cuanto más activo se está, mayor probabilidad habrá de sentirse mejor.
Es muy útil, hacer una lista con actividades que uno se propone cada día, un plan de acción. No conviene ser muy exigente con uno mismo al principio, y tampoco es necesario preocuparse ante el incumplimiento del plan. Suele ayudar, intentar hacer al menos una actividad placentera por día.
Aprender a manejar del estrés
Para no desbordarse con los problemas, conviene analizarlos uno por uno. También es útil aprender algunas técnicas de relajación para poder parar en momentos de estrés.
Hacer actividad física
Realizar alguna actividad física cada día y estar al aire libre, ayuda a mejorar el estado de ánimo.
Evitar los problemas del sueño
Regular el sueño manteniendo una rutina ordenada sirve mucho para mejorar el estado de ánimo. Es importante aprender hábitos que propicien el sueño nocturno evitando las siestas prolongadas durante el día.
Algunos consejos útiles son: evitar consumir sustancias excitantes como el café a partir de determinada hora, y hacer actividades relajantes antes de ir a la cama, evitando las pantallas.
Evitar el abuso de alcohol y otras drogas
El abuso de alcohol y/o drogas pueden hacer que la depresión empeore y generar otros problemas. Es necesario pedir ayuda profesional en los casos de consumo de alcohol o drogas realizado con la intención de huir de la depresión.
2) TERAPIAS PSICOLÓGICAS
Existen tratamientos que son específicos para tratar la depresión, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal.
La investigación ha demostrado que estas terapias resultan efectivas y pueden ayudar a reducir la aparición de nuevos episodios en el futuro (recurrencia).
En la terapia psicológica el especialista escucha al paciente y lo ayuda brindando estrategias para mejorar la depresión, enseñándole a tener pensamientos realistas, a resolver problemas, a ponerse metas y alcanzarlas y a mejorar las relaciones con los demás.
La terapia cognitivo-conductual:
Esta terapia ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la depresión.
En rasgos generales, esta terapia se centra en modificar los estilos negativos de pensamiento y conducta que contribuyen a desencadenar y mantener la depresión.
La interven­ción se centra en modificar las conductas disfuncionales, los pensamientos negativos distorsionados y las actitudes des­adaptativas relacionadas con la depresión.
Otro aspecto clave de esta terapia es la activación conductual, ya que existe una relación entre la actividad y el estado de ánimo. Es una terapia que implica activamente al paciente, es directiva, propone metas específicas y realistas y ayuda a encontrar nuevas perspectivas.
Las características más importantes de esta terapia empleada en niños  y adolescente, son las siguientes:
  • Es una terapia centrada en el presente y basada en el supuesto de que la depresión está mediada por la percepción errónea de los sucesos y por el déficit de algunas habilidades.
  • Sus componentes esenciales son la activación conductual (incrementar la realización de actividades potencialmente gratificantes) y la reestructuración cognitiva (identificación, cuestionamiento y sustitución de pensamientos negativos disfuncionales).
  • También son elementos importantes el aprendizaje de competencias conductuales y las habilidades sociales en general.
  • Habitualmente las estrategias de la terapia se basan en la formulación clínica del problema (formulación en la que se pone especial énfasis en los factores asociados al mantenimiento del trastorno) y la sesión terapéutica sigue una agenda de problemas que se deben tratar.
  • Es frecuente incluir sesiones con los padres y/o familiares, para revisar los progresos y aumentar la adherencia al tratamiento. El papel de los padres o tutores en el tratamiento es esencial. Los padres pueden actuar como agentes de cambio terapéutico.
La terapia interpersonal:
Ayuda a las personas con depresión a identificar los problemas específicos en las relaciones con la familia, amigos, compañeros y otras personas, y buscar soluciones para los mismos.
3) TERAPIA FARMACOLÓGICA: 
Los antidepresivos funcionan incrementando en el cerebro la actividad y los niveles de los neurotransmisores, ayudando a mejorar el estado de ánimo. La mayoría de los tratamientos necesitan algún tiempo para obtener resultados, incluso la medicación necesita cierto tiempo para funcionar. En general son necesarias varias semanas para experimentar alguna mejoría y determinar si un fármaco resulta útil para ese paciente, porque no todos los fármacos son igual de eficientes en todas las personas.
En general, los primeros síntomas que mejoran al tomar antidepresivos son los problemas de sueño y de apetito, después el interés en actividades y la capacidad de concentración. El último síntoma en mejorar es la tristeza y el desánimo que puede tardar varias semanas desde el inicio del tratamiento (habitualmente 15 días).
El período de tiempo durante el que se recibe tratamiento con antidepresivos varía de una persona a otra. Normalmente se recomienda mantener la medicación un mínimo de 6 meses con la misma dosis con la que se obtuvo la mejoría. La retirada se hace de forma gradual.
¿Cuál es el riesgo de no recibir tratamiento?
Aquellas depresiones especialmente graves deben ser tratadas adecuadamente ya que de lo contrario pueden haber consecuencias muy importantes tales como:
  • Suicidio.
  • Fracaso escolar.
  • Problemas en la familia.
  • Problemas en las relaciones con los amigos.
  • Consumo de alcohol y drogas.
  • Otras conductas de riesgo (por ejemplo: conducir imprudentemente).
  • Desórdenes alimentarios.
¿CÓMO PUEDO AYUDAR A MI HIJO?

Consejos de la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y en la Adolescencia:
• Ayuda a tu hijo a establecer metas, que sean sencillas y realistas, que se ajusten a su estilo y personalidad.
• Reconoce sus éxitos.
• Recuerda las cosas que pudieron ayudarle en el pasado.
• Trabaja una meta cada vez.
Es importante tener en cuenta tres aspectos fundamentales:
1.- Cumplimiento del tratamiento:
• Recuerda que tu hijo tome la medicación.
• Participa en el tratamiento.
• Procura ser su apoyo.
2.- Relaciones y actividades agradables:
Cuando está deprimido, tu hijo puede evitar el contacto con otras personas, pero las buenas relaciones con los amigos y familia son una parte significativa de la recuperación. Por lo tanto, anímalo a que hable con sus amigos, que cuide sus relaciones sociales, quítale importancia si al principio no es capaz, lo importante es que lo intente. Ayúdale a que recupere progresivamente  sus actividades. Pasa tiempo y habla con él.
3.- Nutrición y ejercicio:
• Asegúrate de que recibe una buena alimentación y que haga ejercicio de forma regular.

• Controla que beba suficiente agua, que coma verduras y frutas, intenta dar un paseo una vez al día con él.

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